31/7/11

Cerveza en mano, cual buen bloguero que escribe desde el bar hoy me dispongo a volar.

Tengo ganas de hablar de verde, de colores chillones, amarillo, azul turquesa, rosa ‘furcia’. Tengo ganas de experimentar de nuevo qué se siente cuando estás en medio de una primavera, rodeado de plantas en flor, y mimetizándote entre ellas respiras hondo y te despreocupas de las emociones, sean cualesquiera que sean sus principios, miedos o felicidades.

Me apetece cantarle a la vida alegremente , venderle parte de las valencias de todos mis átomos y prestarme a que me enamore de nuevo, cómo hizo aquella vez.

Tengo ganas de mirar al cielo, y verlo despejado, libre de nubes oscuras y de noches inacabables. Me apetece que siempre sea de día, ver el sol a cada momento mire dónde mire, admirar la belleza de las montañas en forma de pico que asoman en el borde de la distancia dónde llega mi mirada, esas que costaron tanto de subir, pero que bajé rapidísimo, ya casi olvidadas.

Tengo ganas de gritarle a la rosa de los vientos que nunca podrá llevarse ninguno de mis sentimientos por muy fuerte que azote mis entrañas, decirle a la tortuga del mar que este año nadaré junto a ella y que tomaremos juntos el sol para el resto de nuestros días, siempre y cuando pueda quitarse ese gran caparazón que sostiene y recubre su cuerpo, dura e incómoda como una capa de hierro, fría y molesta como el propio invierno nuclear.

Tengo ganas de caminar descalzo por la arena, como nuestros antepasados, recordar qué se siente desprovisto de ropa, con los sentimientos al aire libre, golpear las olas con mis pies, y sentirme de nuevo parte de ‘lo’ que nos vio nacer alguna vez en el tiempo.

Me apetece estar entre amistades, beber hasta la saciedad, fabricar nuevas ilusiones alcoholizadas y hacerlas realidad una de esas tardes soleadas de las que disfrutamos/hábamos.

Me apetece plantar nuevas semillas, arraigarlas bien fuerte y soldarlas a uno de mis puntos en la espalda, para que caminen conmigo, y me recuerden este día en el que quise hacer tantas cosas


Después, la vida, simplemente vendrá.

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